Basílica y Convento de San Francisco de Asís
Jr. Lampa s/n, Lima (Centro Histórico)
HISTORIA
El conjunto monumental de la Basílica y Convento de San Francisco de Lima, también conocido como San Francisco el Grande o San Francisco de Jesús es, sin duda, uno de los más importantes y mejores centros arquitectónicos de Lima y también es uno de los más extensos y hermosos legados de la época virreinal.
Los edificios del Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, de portada neoclásica; el propio Convento de San Francisco, de fachada barroca, la Capilla del Milagro, de frontis neoclásico; son los que conforman este maravilloso conjunto monumental.
En el año de 1546 llega a Lima Francisco de Santa Ana, quien logró edificar una modesta y pequeña iglesia en el solar que hoy ocupa la Capilla del Milagro. Durante el siglo siguiente, el templo fue objeto de una serie de arreglos y decoraciones que terminaron por convertirlo en una maravilla del arte en la época virreinal, misma que fue destruida casi por completo por el terremoto de 1655. El nuevo templo tardó 15 años en levantarse y fue inaugurado con gran pompa el 3 de octubre de 1672.
EL EDIFICIO
La fachada es de estilo barroco limeño, tiene gracia, grosura y monumentalidad. Un rítmico almohadillado recorre sus muros, que en su parte superior se encuentran adornados por una balaustrada de madera.
Traspasando la puerta del convento se ubica la anteportería, un ambiente espacios con zócalos adornados por azulejos, que presenta como atracción principal un tríptico del Señor Crucificado, cuyas pinturas laterales son obras de Angelino Medoro.
En la portería encontramos una escultura en madera de Jesús Crucificado; pinturas de santos de la iglesia católica, de la escuela limeña del siglo XVII, así como pinturas de la escuela cusqueña y dos pinturas en forma de medallón que representan pasajes de la vida de Francisco Solano, hechas con motivo de celebrar su canonización.
Cruzando el umbral de su portada principal y al costado izquierdo se puede observar una placa recordatoria de mármol, con el emblema de la Santa Sede, con las siguientes palabras grabadas:
Juan XXIII se dignó elevar esta iglesia de San Francisco de Jesús de Lima a la categoría de basílica menor por su breve del 11 de enero de 1963 que comienzan con éstas áureas palabras: "Entre tantos y tan hermosos templos que embellecen la ciudad de Lima, lumbrera a orillas del gran océano pacífico, se destaca merecidamente la iglesia de San Francisco de Jesús, que contigua al gran monasterio de los frailes menores produce una gran admiración tanto por la antigüedad de su origen y lo eximio de su arquitectura" Lima 29 de diciembre de 1963.
El vestíbulo es una amplia sala de techo de madera labrada, con zócalos de azulejos sevillanos. Aquí se encuentran cuatro pinturas de artistas famosos, que representan a santos católicos; en la parte central, la atracción principal es un templete de estilo rococó del siglo XVIII trabajado en madera y decorado en pan de oro.
El claustro principal es un hermoso patio cuadrilátero rodeado de galerías en forma de arcos de medio punto, once por lado, todos ellos sostenidos por pilastras. Las paredes están decoradas con azulejos sevillanos en el zócalo, que datan de 1620, siendo el tema de las decoraciones los santos franciscanos. Este claustro principal cuenta con una colección de 39 lienzos de 1671 que representan escenas de la vida de San Francisco de Asís
La sala capitular es un ambiente donde se reunían los franciscanos para celebrar sus capítulos conventuales y elegir un nuevo superior o tratar asuntos de principal importancia. Allí hay dos hileras de asientos con espaldar elevado que rodean la sala y tienen al centro como unión de las dos hileras, la cátedra, principal o tribuna, la cual está coronada por el escudo de la orden franciscana.
El museo o sala de profundis es el ambiente destinado a la exhibición de una colección de once lienzos de tres metros, aproximadamente; cada uno representa la Pasión de Cristo y pertenecen al taller del gran maestro flamenco Peter Paul Rubens, todos de gran ejecución, armonía de color y de gran expresión en sus personajes.
En el refectorio se encuentra colección de quince lienzos que representan a los Doce Apóstoles, al Cristo Redentor, la Virgen María y San Pablo; imponentes cuadros que pertenecen al maestro barroco español Francisco de Zurbarán.
En la antesacristía apreciamos un inmenso lienzo de cinco por seis metros, que representa el árbol genealógico de la Orden Franciscana, obra que data de 1734; es una pintura limeña de autor desconocido.
La sacristía del templo mayor es una de las joyas actuales del conjunto franciscano. Posee en su interior una bella cajonería destinada a guardar la indumentaria y los ornamentos litúrgicos, así como una importante serie de lienzos del apostolado atribuida al taller de Francisco de Zurbarán.
Al llegar al claustro superior nos encontramos en la parte superior del convento, desde donde podemos observar, en primer lugar, el hermoso jardín de las cinco fuentes de bronce. En las esquinas hay cuatro de las 27 cruces de alabastro que inicialmente fueron ubicadas en el perímetro del atrio o plazuela del conjunto monumental. Y en esta parte del convento se encuentran las habitaciones de los franciscanos.
En el coro se reunían antiguamente los franciscanos para sus oficios o ceremonias religiosas. Es una pieza rectangular, que mide 22 metros de largo por 12 de ancho, donde se conserva una impresionante sillería coral barroca tallada en cedro, que se extiende en ambos lados. Consta, además, de 130 asientos, teniendo en la parte central, como unión de las dos hileras, el asiento principal del Guardián de la Orden, el mismo que tiene en su espaldar una hermosa talla del abrazo de San Francisco y Santo Domingo.
En la biblioteca hay, aproximadamente, 20 mil volúmenes. Existen ediciones muy raras, incunables y crónicas franciscanas del siglo XV al XVIII, así como algunos tomos editados en las primeras épocas de la imprenta en el Perú; más de 6 mil pergaminos, numerosas obras de jesuitas, agustinos, benedictinos, etc. También se encuentran libros de diferentes temáticas y biblias escritas en latín, español, francés, portugués, italiano y algunos escritos en lenguas muy raras.
El archivo conventual de San Francisco es el lugar donde se conserva los documentos históricos de la provincia franciscana de los 12 apóstoles del Perú. Aquí se encuentran las pruebas manuscritas de las gestiones realizadas con España y Roma por la Orden Franciscana desde la llegada a América especialmente al Perú. También podemos encontrar material gráfico como mapas, planos fotográficos, material musical y una pequeña biblioteca auxiliar.
Cuando se sube al segundo piso por la escalera de ladrillo pastelero que se encuentra a la mano izquierda y nos detenemos por un momento en la mitad del camino, al levantar la cabeza tenemos sobre nosotros a la hermosa cúpula de diseño mudéjar, la cual, por su acabado y dimensiones, no tiene comparación en todo el continente americano. Su construcción, fue hecha en el año de 1625 con madera traída de Costa Rica. Fue restaurada en 1969.
Lo más sobrecogedor de este edificio son las catacumbas, que impresionan a más de uno ya que fueron el antiguo cementerio en los tiempos coloniales. Estuvo funcionando como tal hasta 1810 y se calcula que en aquella época debió albergar hasta 25 mil personas. Hoy se pueden observar en las distintas salas un buen número de huesos clasificados por tipos y dispuestos en algunas ocasiones de forma bastante “artística”, como los de la fosa común.
Basílica de San Francisco en 1673 por Pedro Nolasco.
Basílica de San Francisco a principios del siglo XX.
Vemos a la izquierda el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad, seguido por el ingreso a las Catacumbas, la Basílica de San Francisco y, finalmente a la derecha, la Capilla del Milagro.
Vista del interior y el altar mayor.
Claustro principal del Convento de San Francisco.
Osario en las Catacumbas de San Francisco.